Veo a una mujer con las nalgas suaves
como un libro de poesía manoseado.
He de abrírselas por la página del placer
y que la muerte me sorprenda embriagado
del olor a verso cantado mil veces
contra el dolor que rasga lo soñado.
como un libro de poesía manoseado.
He de abrírselas por la página del placer
y que la muerte me sorprenda embriagado
del olor a verso cantado mil veces
contra el dolor que rasga lo soñado.
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